jueves, 25 de abril de 2013

Comentario de Marx


He aquí un excelente comentario de un texto de Marx, escrito por un antiguo alumno del IES Francisco de los Cobos, Francisco Javier Villalba Alameda, licenciado en Geografía e Historia y a la sazón estudiante avanzado del grado de Filosofía, al que agradecemos que nos haya permitido publicarlo. 

Puede servir de modelo para estudiantes de bachillerato... Aunque el texto se propone para el comentario sobre la obra de Marx y el marxismo, lo firmó también Federico Engels, quien formó tándem con el primero, como autor de esta y otras obras y en la acción revolucionaria.

MARX

“En contraste directo con la filosofía alemana, que desciende del cielo a la tierra, ascendemos aquí de la tierra al cielo. Dicho de otro modo, no partimos de lo que los hombres dicen, se imaginan y representan, ni de aquello que son según las palabras, el pensamiento, la imaginación y la representación de los otros, para llegar a los hombres de carne y hueso; no es así; partimos de los hombres en la actividad real, a partir de su proceso de vida real, mostramos los desarrollos, reflejos y repercusiones ideológicas de este proceso vital. Los fantasmas del cerebro humano son sublimaciones necesarias del proceso material de la vida de los hombres, el cual puede ser empíricamente constatado y reposa sobre bases materiales. La moral, la religión, la metafísica y toda otra ideología, juntamente con las formas de conciencia correspondientes, pierden con este hecho cualquier apariencia de existencia autónoma. No tienen historia, no tienen desarrollo; son los hombres los que, desarrollando su producción material y sus relaciones materiales, modifican justamente con su existencia real el propio pensamiento y los productos del propio pensamiento. No es nunca la conciencia la que determina la vida real, sino que es la vida real aquello que determina la conciencia. Desde el primer punto de vista, se parte de la conciencia como si fuese el individuo viviente; desde el segundo, correspondiente a la vida real, se parte de los individuos vivos, reales y concretos y la conciencia es considerada únicamente como su conciencia”.

(La ideología alemana, Barcelona, Grijalbo, 1976, p.60).

lunes, 1 de abril de 2013

Tercer Manuscrito Marxiano


Karl MARX (1818). Manuscritos de Economía y Filosofía, 1844.


Marx nunca tuvo la intención de publicar estos manuscritos: apuntes incompletos e intuiciones sin desarrollar. Cuando se descubrieron fueron considerados “malditos” por muchos marxistas –sobre todo soviéticos- que los consideraron precientíficos e “idealistas”. Tratan del hombre más que de economía.

Íntegramente se publicaron por primera vez después de la muerte de Stalin, en Moscú, en 1956, con el título de Manuscritos de 1844; con dificultades, pues los folios de Marx estaban divididos en columnas, en cada una de las cuales se trataba un tema distinto; también surgió la polémica sobre la traducción de ciertas palabras, como las que corresponden a “extrañamiento” y “enajenación”.

El primer Manuscrito muestra las condiciones enajenantes del trabajo y el problema humano del obrero, sometido a la explotación del capitalista o del terrateniente. Trata del salario, de la progresiva miseria obrera, de las ganancias acumulativas del latifundista y el capitalista. Cita extensos textos de otros autores de la época.

El segundo Manuscrito, muy breve, trata de la propiedad privada.

El tercer Manuscrito, al que pertenece el texto propuesto para el examen de Selectividad (2015), es el más importante por el vigor de su exposición y su carácter idealista y humanista.

A partir del concepto hegeliano de “naturaleza objetiva”, Marx critica la enajenación del hombre. Sólo una revolución total, el comunismo, puede solucionar la alienación e insatisfacción humana, al hacer coincidir al humano existente con su ser social, que es su verdadera naturaleza.

Marx critica también el “fetichismo del dinero” que separa al hombre de la naturaleza. El dinero sustituye a la felicidad como fin ultimo en la sociedad capitalista. Critica a los economistas ingleses (J. S. Mill, A. Smith) por su individualismo y defensa a ultranza de la propiedad privada.

Finalmente, hace un estudio crítico del idealismo hegeliano, sobre todo basado en La fenomenología del espíritu, de la que valora la tesis del devenir dialéctico y los conceptos de enajenación y de realidad objetiva, pero critica su abstracción, su valoración del Todo por encima de las partes y la supremacía del Yo sobre la naturaleza.

Se trata de una obra juvenil. La ironía, el apasionamiento y la humanidad de los Manuscritos nos muestran el potencial positivo y creativo del autor. A pesar de sus pretensiones cientifistas, Marx influye primero por el corazón y sólo después por las ideas.